miércoles, abril 12, 2006

El fin del universo

Desde que surgió la teoría del Big Bang, y fue aceptada como explicación teórica del origen del universo, se ha creído que este podía tener dos finales, dependiendo de la cantidad de masa del mismo (o energía, por aquello de que la masa es sólo una forma de la energía).

El primero de estos era el final abierto, o frío, en el que el universo seguiría expandiéndose eternamente, y mientras tanto las estrellas y demás cuerpos del universo se irían apagando y consumiendo, hasta que ya ninguno de ellos emitiese luz y se hiciese una eterna oscuridad perpetua.

El segundo era el conocido como final cerrado, caliente, o "Big Crunch", en el que el universo, alcanzado cierto tamaño, detendría su expansión y comenzaría a contraerse, hasta volver toda la masa y la anergía del mismo a reunirse en un nuevo superátomo, pudiendo entonces dar comienzo a un nuevo bigbang.

Sí, ciertamente ambas son bastante evocadoras y poéticas, aunque la segunda, a pesar de que quizás sea un poco terrorífica, da la esperanza de un nuevo comienzo, y la idea de la posible existencia de un infinito ciclo de bigbangs, del cuál el presente sería uno más, y quién sabe cuántos más pudo haber antes.

Pues parece que, por fin, la ciencia se atreve cuál de las dos posibilidades es la que es cierta, y, para bien o para mal, es la primera, según leo en astroseti. Aunque, tranquilos, aún quedan decenas de miles de millones de años.... En todo caso, esto demuestra la enorme verdad de un principio de la filosofía buddhista: todo está sujeto a cambio, nada es permanente.