jueves, octubre 27, 2005

Neocolonialismo: esclavitud de invisibles hilos

En uno de los primeros artículos de este blog mencioné al neocolonialismo, y dije que quizás en el futuro hablaría sobre él. Bueno, hoy tengo tiempo y ganas, así que voy a abordar el tema. Y es que es muy importante, porque gracias a él se puede entender gran parte de la situación que muchos países del Tercer Mundo sufren hoy día.

Y para ello tenemos que remontarnos a la Segunda Guerra Mundial. Al terminar esta, las grandes potencias coloniales, Gran Bretaña y Francia, se encontraban en un estado de postración económica tal que los movimientos de liberación nacional de muchas colonias aprovecharon para hacerse cada vez más fuertes, lo cuál posteriormente tuvo su eco en las colonias de Holanda o Portugal. Así, entre mediados de los 50 y de los 70 se independizaron muchos nuevos estados, en muchos casos con fronteras creadas por la administración colonial, sin atender a criterios étnicos o poblacionales, lo cuál ha sido causa de muchos conflictos. Jugó un papel muy importante la ONU, que fue usada tanto por los EE.UU como por la URSS como el instrumentos que permitiría a las superpotencias abrir nuevos terrenos para su lucha ideológica y política. Nicaragua, Oriente Medio, Vietnam o Corea son buenos ejemplos de esto.

Sin embargo, pronto muchos de estos estos estados comenzaron a fracasar. Bien por corrupción, bien por golpes de estados, o por muchas otras causas. Y muchos líderes africanos comenzaron a hablar de un tipo de colonialismo que se impone sin tener presencia militar directa en el país. Así, se acusó en muchas ocasiones a ciudadanos franceses de provocar y apoyar golpes militares en los nuevos estados (supuestamente muchos serían agentes de los servicios secretos franceses), de presionar mediante empresas u organizaciones internacionales en beneficios de sus países, de, en definitiva, hacer estos nuevos estados completamente inviables.

Una de las mayores y más repetidas acusaciones se dirige hacia un organismo controlado por Europa, el FMI (Europa y EE.UU se reparten la presidencia del FMI y del Banco Mundial, respectivamente, desde su creación), acusado de exigir, para entregar préstamos que impulsen el desarrollo de los estados, la toma de actuaciones económicas que a la larga no hacen sinó empeorar la situación económica de los países. Hay muchos casos de países que se han visto obligados a reducir su inversión en educación, abrir sus mercados a los productos occidentales, reducir las prestaciones sociales, privatizar muchas empresas estatales y liberalizar y desregular sectores vitales de su economía, provocando así el deterioro de sus posibilidades de crecimiento futuras, sólo para poder recibir un crédito que les permita pagar los intereses de los créditos ya contraídos. Mozambique tiene que dedicar el 33% del presupuesto, cada año, a pagar los intereses de sus deudas; y como Mozambique muchos otros.

¿Sabéis qué había detrás de la guerra de Liberia y Sierra Leona? El tráfico ilegal de diamantes. Seguramente eso también tenga mucho que ver con lo que está pasando en Costa de Marfil, que antes era un ejemplo de lo que África podría llegar a ser (su nivel de vida era muy superior al de la mayoría de África). Y parece que ahora es Estados Unidos quién anda implicado. En la región de los Grandes Lagos, principalmente en el noreste de la Rep. Democrática del Congo, se está librando lo que muchos ya llaman Primera Guerra Africana, dado que implica a tropas de 10 naciones. Y curiosamente es una región muy rica en recursos naturales (como el tantalio, necesario para los móviles, por ejemplo), en la que se mezclan muchos intereses contrapuestos. Si visteis la película Hotel Rwanda, ¿no os resulta curioso cómo el presidente de Bélgica (o Francia, no estoy seguro) pudo evitar tan rápida y fácilmente que mataran en un momento dado a los del hotel? En los años 70, los productores de café de Kenia se podían permitir construírse casas de piedra y conducir mercedes y otros vehículos de gama alta. Hoy, muchos sobreviven en la indigencia por la caída de los precios del café, que controlan unas pocas multinacionales. Y lo mismo con el cacao y muchos otros productos agrícolas y recursos naturales.

¿Se acabará esto algún día? ¿Es inevitable? Bueno, hay ejemplos de países que demuestran que no. Botsuana, por ejemplo, no entró en ese círculo vicioso cuando se descubrieron diamantes en su territorio porque el presidente llegó a una acuerdo con la empresa que los descubrió (DeBeers) que satisfizo a ambos, repartiéndose por igual los beneficios derivados. También hay ejemplos de paises cuya mala situación actual no se debe a este fenómeno, sinó a la mala gestión de sus gobernantes. Zimbabue era un país con grandes recursos naturales y con una buena calidad de vida, hasta que en 1999, su gobernante, Robert Mugabe, se volvió loco (parece que está demostrado) y decidió que los granjeros británicos, que controlaban la mayor parte del terreno, fueran expulsados, matando a varios por el camino y provocando grandes disturbios. El desorden económico subsiguiente he empobrecido aceleradamente el país. En Mozambique han aprovechado para acojer a muchos de ellos, y parece que les está yendo muy bien con ellos.

Actualmente, el neocolonialismo sigue vigente. La situación antes dicha con los productos agrícolas y materias primas se mantiene, en muchos casos. Francia mantiene presencia militar en varios paises de África, como sucedió en Costa de Marfil cuando estalló el actual enfrentamiento, aunque en principio fuera para proteger a sus ciudadanos. Hay quienes dicen que el ejército de despliegue rápido que Francia promueve es un ejército para apoyar su política neocolonial. Gran Bretaña sigue controlando a bastantes de sus excolonias a través de instrumentos como la Commonwealth, y Estados Unidos mantiene su influencia en Latinoamérica y entra salvajemente en África y Asia. Y esto sólo parece ir a peor.

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