sábado, octubre 15, 2005

Recaudación fiscal y redistribución de riqueza

El mismo día que fui a matricularme en la universidad, y comprobé la desorbitada cantidad que me exigen (tengo la sospecha de que ponen tantas asignaturas complicadas al inicio de la carrera para hacer que las arrastres todo el tiempo posible, y así maximizar sus ingresos), justo ese día, ayer, ví lo bien repartidos que están los recursos en este país: el 10% de los españoles acaparan un tercio de la renta nacional. En ese momento, me vino a la cabeza otro artículo que leí hará cosa de un año, que decía que el 20% más rico tenía una riqueza equivalente al 52,5% más pobre de los españoles. Conste que son cálculos diferentes, el primero se refiere a lo que recibe Hacienda por el IRPF, y el segundo es de la riqueza nacional total, y creo que era del Instituto Nacional de Estadística. Pero igualmente creo que son significativos ambos datos.

Y esto lo leo cuando hará cosa de una semana leí, creo que en Libertad Digital, a economistas defender la supresión del impuesto del patrimonio, que según ellos grava al simple hecho de poseer, y claro, eso no puede ser. Eso sería defendible si, como ellos dicen, a las grandes rentas se les gravase dos veces por lo mismo. Pero no es así. Las grandes rentas utilizan instrumentos como las sociedades patrimoniales o las SICAVs (que haciendo ciertos apaños y tal, tributan al 1%, en vez de al 35%), así que si se suprime ese impuesto finalmente no pagarían impuestos directos, o lo harían de forma simbólica. Y el impuesto del patrimonio no se lleva un porcentaje tan desorbitado, si no recuerdo mal ronda el 1,5% del patrimonio. Amén de que por lo general cuentan con asesores expertos en buscar deducciones: donacciones, deducciones por vivienda, fondos de inversión, diferentes tipos de inversión que el gobierno intenta potenciar y concede ayudas...

Porque la evidencia demostrada es que, a día de hoy, la presión fiscal recae principalmente en nosotros, la clase media. Somos nosotros los que pagamos el IRPF, los que más contribuimos a las arcas por conceptos de IVA y otros impuestos indirectos (porque no, por muy rico que seas no vas a fumar mucho más, ni vas a hacerte muchos más quilómetros en la carretera). Somos nosotros, los pobres estúpidos, los que pagamos el impuesto de sucesiones (considerado en países como Alemania el impuesto de los tontos) que, por cierto, ¿dónde están esas voces que clamaban por su supresión? Creo que a día de hoy, sólo Navarra y otra comunidad más lo han suprimido. El resto, palabras que se llevó el viento.

Y a pesar de esto, aún hay quién nos quiere apalear más. Que si la presión fiscal en España es inferior a la media de la UE. Y plantean reducir el número de tramos (la mayoría pagaríamos más), o incluso un tipo único del IRPF, sobre el 22%. Y liberalizar los servicios públicos, seguro que también, a medio plazo. Y se supone que hay una teoría económica que demuestra que, si se bajan los impuestos, sube la recaudación. Genial, salvo que se supone que depende de si se ha pasado o no el punto óptimo de recaudación, y eso no hay manera clara de definirlo, y cuando eso lo puso en práctica en EE.UU Ronald Reagan no hizo sinó aumentar de una manera brutal el déficit fiscal. Más info aquí. Pero aún hay quién vuelve con ello.

Cada vez tengo más claro por qué no veo mi parte de los 23.000 € que supuestamente nos tocan a cada español. El Estado está fallando en su misión de redistribuír la riqueza. No digo llegar al extremo de Noruega, donde las diferencias salariales, aún entre un ingeniero o lider de proyecto y un obrero o laborero son reducidas, pero países como Brasil, donde se puede hablar prácticamente de dos sociedades separadas, son un ejemplo de lo que no se debe hacer. Vamos hacia el modelo americano, del que Rusia tal vez sea el ejemplo más patético. Pues muy bien, pero no con mi beneplácito.

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